Siempre que llegan los primeros fríos me empieza a apetecer "soplar" cuchara y a mi santo esposo ya ni cuento. Afortunadamente vivimos en un país que otra cosa no tendrá, pero surtido de verduras...
Simplemente yendo al mercado y paseando por los puestos de verduras y fruta se puede adivinar la época del año en la que estamos. Ahora es una gloriosa exposición de colores cálidos: calabazas, setas, los últimos tomates, las preciosas berenjenas, zanahorias... en fin que es el paraíso de las sopitas de verduras y demás delicatessen que nos proporciona la madre naturaleza (con un poco de ayuda por parte de los invernaderos, claro).
Ayer compré, entre otras verduras, dos pequeñas calabazas de no más de 1 Kg. cada una. Son más tiernas que las grandes y contienen menos hebras y al ser pequeñitas no tienes que partir una grande y usar un trozo nada más. Ya sé que las venden troceadas al peso, pero teniendo sitio, prefiero comprar un par de ellas y abrirlas yo en casa cuando necesito usarlas . Además son tan bonitas...
También compré unas alubias frescas preciosas, aquí son bastante habituales y me pareció una buena idea complementar la sopa con ellas. Por supuesto las desgrané antes de agregarlas a la cazuela. Os pongo una foto para que veáis que cosa tan chula:
La sopa que preparé es la típica de "voy a ver que tengo en el frigo que pueda echarle", de manera que puse:
3 zanahorias cortadas a trozos grandes
2 hojas de laurel
3 puerros
1 calabacín troceado
1/2 Kg judías verdes troceadas
1/2 Kg alubias pintas frescas desgranadas
5 tomates muy maduros, pelados y troceados
1/2 repollo cortado a tiras
1 calabaza pequeña pelada, limpia de hebras y troceada
1 manojo de acelgas
Caldo de verduras
2 cucharadas de vinagre o salsa de soja
Sal, pimienta negra y pimentón (si es posible de La Vera) al gusto
Sofreir ajos y cebollas en aceite y cuando transparenten ir añadiendo el resto de la verdura, dejando para el final las más tiernas, remover bien y dejar sofreir todo 5 minutos a fuego lento.
Verter el caldo y el vinagre sobre el conjunto cubriéndolo todo.
Dejar hervir a fuego muy lento 1 h. aproximadamente. Rectificar el punto de sal y pimienta y añadir el pimentón (yo uso una cucharadita del dulce y otra del picante).
Normalmente la sirvo poniendo en el fondo de los platos unas finas rebanadas de pan negro especial para la sopa mallorquina que venden ya cortado, a continuación vierto la sopa muy caliente sobre el pan y dejo que empape bien unos 5 minutos, así da tiempo a que se enfríe un poco y el personal no se deje el velo del paladar pegado a la cuchara. A mí personalmente me gusta mucho rallarle por encima un poco de queso bien fuerte y ponerle un chorro de aceite de oliva vírgen.
Otra opción es usar pan normal cortado en rebanaditas muy finas, tostado al momento y restregado con un ajo.
Esta vez tenía un poco de pasta primavera cocida y sin aderezar sobrante, de manera que en vez de ponerle pan a la sopa le puse la pasta y quedó tan buena.
Sale una buena cantidad de sopa. Al día siguiente estará aún mejor y de cualquier manera congela muy bien. Mi hija está encantada de que salga mucha cantidad, empieza la universidad la semana que viene, vivirá en Palma toda la semana y ya os podeis imaginar lo bien que le vendrá llevarse cositas hechas de casa...
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