Ingredientes
Harina blanca de trigo, preferentemente biológica - agua - sal - azúcar blanquilla para espolvorear - aceite vegetal para freír
Tomar un vaso de agua como medida, preferentemente de paredes rectas, no cónico. Llenar con harina y enrasar. Verter en un cazo.
Llenar el mismo vaso con agua, pero dejarlo a unos 2 centímetros del borde. Poner el agua en un cazo, con una cucharadita rasa de sal y llevar a ebullición.
Verter el agua encima de la harina y remover con un tenedor de madera hasta obtener una masa homogénea. No añadir más agua. Cargar la churrera, y freír los churros en aceite hasta que estén dorados. Espolvorear con azúcar antes de servir.
oooOOOooo
Los churros son un desayuno tradicional español, acompañados de un buen chocolate. Simplemente llevan agua, sal y harina, y no hay que darle más vueltas ni buscar más complicaciones. Elegid una buena harina, preferentemente biológica. Yo he empleado la de Luz de Vida.
La receta que acompaño es la tradicional, así de simple, sin más complicaciones. No le deis más vueltas, ni le busquéis cinco pies al gato. Es imprescindible una churrera para elaborarlos, y el tipo de mecanismo ya depende de vuestras preferencias (de palanca, de tornillo, de émbolo...), aunque todas dan buen resultado.
Para freírlos, yo suelo emplear el sistema más tradicional. Con la churrera, sobre la sartén con dos dedos de aceite caliente a fuego alto, se hace una espiral con la masa, comenzando desde el exterior. Cuando esté completa, se corta con el dedo mojado en agua. Se dora la espiral, dándole la vuelta, por ambos lados, y cuando esté bien doradita se escurre sobre papel de cocina. A continuación, con una tijera se cortan los churros a la medida que os guste. Se pueden hacer también uno a uno, pero necesitarán más aceite, y más atención en la cocina.
En cuanto a la fritura, podéis emplear un aceite de oliva, que les da un sabor especial, o aceite de girasol, que los hace más suaves. Personalmente, empleo una mezcla de girasol y oliva virgen extra.
Atreveros a prepararlos y en unos pocos minutos (os aseguro que es así) disfrutaréis de unos excelentes churros, que nada tienen que ver con los "pseudochurros" ultracongelados tan populares hoy en día.
Harina blanca de trigo, preferentemente biológica - agua - sal - azúcar blanquilla para espolvorear - aceite vegetal para freír
Tomar un vaso de agua como medida, preferentemente de paredes rectas, no cónico. Llenar con harina y enrasar. Verter en un cazo.
Llenar el mismo vaso con agua, pero dejarlo a unos 2 centímetros del borde. Poner el agua en un cazo, con una cucharadita rasa de sal y llevar a ebullición.
Verter el agua encima de la harina y remover con un tenedor de madera hasta obtener una masa homogénea. No añadir más agua. Cargar la churrera, y freír los churros en aceite hasta que estén dorados. Espolvorear con azúcar antes de servir.
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Los churros son un desayuno tradicional español, acompañados de un buen chocolate. Simplemente llevan agua, sal y harina, y no hay que darle más vueltas ni buscar más complicaciones. Elegid una buena harina, preferentemente biológica. Yo he empleado la de Luz de Vida.
La receta que acompaño es la tradicional, así de simple, sin más complicaciones. No le deis más vueltas, ni le busquéis cinco pies al gato. Es imprescindible una churrera para elaborarlos, y el tipo de mecanismo ya depende de vuestras preferencias (de palanca, de tornillo, de émbolo...), aunque todas dan buen resultado.
Para freírlos, yo suelo emplear el sistema más tradicional. Con la churrera, sobre la sartén con dos dedos de aceite caliente a fuego alto, se hace una espiral con la masa, comenzando desde el exterior. Cuando esté completa, se corta con el dedo mojado en agua. Se dora la espiral, dándole la vuelta, por ambos lados, y cuando esté bien doradita se escurre sobre papel de cocina. A continuación, con una tijera se cortan los churros a la medida que os guste. Se pueden hacer también uno a uno, pero necesitarán más aceite, y más atención en la cocina.
En cuanto a la fritura, podéis emplear un aceite de oliva, que les da un sabor especial, o aceite de girasol, que los hace más suaves. Personalmente, empleo una mezcla de girasol y oliva virgen extra.
Atreveros a prepararlos y en unos pocos minutos (os aseguro que es así) disfrutaréis de unos excelentes churros, que nada tienen que ver con los "pseudochurros" ultracongelados tan populares hoy en día.
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